24 abril, 2005

Primeros años

Mirra Alfassa, más conocida con el nombre de Madre, nace en París, el 21 de febrero de 1878, en el seno de una familia de clase media procedente de Oriente Medio. Sus padres, Maurice Alfassa, turco y Mathilde Ismalaun, egipcia, eran totalmente pragmáticos y ateos, y rechazaban como debilidad de carácter cualquier actitud de índole artística o espiritual ante la vida. Justamente, en medio de esa atmósfera familiar tan poco propicia a fenómenos "sobrenaturales", es donde van a sobrevenirle a Madre, ya desde muy pequeña, las más extraordinarias experiencias interiores, que se verá obligada a vivir en la más completa soledad.

Una de sus más tempranas experiencias, a los 5 años, nos la relata así: "Me sentaba en un pequeño sillón, hecho expresamente para mí, y permanecía totalmente sola en la habitación, y... (no sabía lo que era, en absoluto, nada, mentalmente cero) sentía una especie de sensación muy agradable de algo muy poderoso y luminoso, situado por encima de la cabeza: la Consciencia. Y la impresión era: esto es lo que debo vivir, lo que debo ser, y después la atraía hacia abajo porque ésa era verdaderamente mi razón de ser".

Empieza a partir de ahí a adentrarse en la percepción de todo un mundo de vibraciones y a saberlas distinguir y, luego, controlar espontáneamente a través de los centros de consciencia o chakras. Tiene asimismo innumerables experiencias de vidas pasadas, aprende a salir de su cuerpo y explorar infinidad de dimensiones y mundos. Todo ello la lleva a plantearse, a partir de la irrealidad aparente del mundo material, cuál es la verdadera realidad de la vida y de la materia, indagación que marcará toda su existencia y el rumbo de sus descubrimientos.

Desde muy joven ya empieza a inclinarse por actividades artísticas, y decide estudiar música y pintura, en una actitud de rebeldía ante el medio familiar.

A los 19 años contrae matrimonio con Henri Morisset, pintor vinculado a la escuela impresionista, de cuya unión nace André, su único hijo. Durante los 10 años que va a durar este matrimonio, Madre entrará en contacto con todo el mundo artístico e intelectual del París de comienzos de siglo, e irá, paso a paso, descubriendo su lado oscuro, el desequilibrio existente entre la obra admirable de unos grandes artistas y sus vidas, a menudo tan alejadas de esa perfección. Así, se va desarrollando en ella el anhelo imperioso de que la vida sea algo pleno, verdadero, algo que supere esa constante dicotomía y dé a la postrada humanidad la posibilidad de una mutación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario